¡Ha llegado septiembre y ya estamos de vuelta!
No hay nada como este mes para iniciar con buenos propósitos el curso escolar y si nos descarriamos, ya llegará enero para volver a intentarlo. Este mes ha sido fantástico para pobrar nuevos sabores y nuevas recetas pero claro, todo tiene su precio. Ahora, como cada septiembre, toca recomponerme un poco que la navidad acecha a la vuelta de la esquina.
Hoy mismo empiezo mi dieta. Pero no sé que me pasa, que cuando abro la nevera y veo tanto verde… La culpa, como siempre, la tiene mi cabeza. Para algunas cosas mi memoria es como la de Dori (la amiga de Nemo) pero para otras, y en especial si se trata de recordar cuánto helado me queda en la nevera, es como la de un elefante. Y es que tengo un par de kilos de helado casero de vainilla que me dicen: «cómeme, cómeme»
Una nueces pecanas caramelizadas y un chorrito inocente de sirope de ágave y seré la más feliz del planeta.
Además, lo mejor de esto es que te transporta a los soleados días de playa que quedaron atrás. Menuda morriña que tengo, pero para eso están estas dosis de helado y de culpabilidad. Ahora mismo casi puedo oler el mar y cómo el sol se deja querer… ¡Al ataque!
HELADO DE VAINILLA Y PECANAS Ingredientes: 425 ml de nata para montar al 35% 4 yemas L 150 g de azúcar 1 cucharada de esencia de vainilla o las semillas de una vaina de vainilla 1/4 cucharadita de sal 350 ml de leche entera 150 g de nueces pecanas Sirope de Ágave Preparación: · Prepara la crema de vainilla. Mezcla en un cazo las yemas, la leche, el azúcar, la sal y la vainilla con un batidor de varillas. Si usas la vaina, saca las semillas partiendo la vaina por la mitad y raspando el interior con la parte roma del cuchillo. Añade las semillas a la mezcla pero no tires la vaina y déjala en la mezcla para que infusione. Calienta al baño maría sin dejar de remover. Es importante que no hierva porque se podría cortar. · Retira del fuego cuando haya espesado y añade la nata fría. Ahora toca homogeneizar la mezcla y dejarla enfriar totalmente. No olvides sacar la vaina de vainilla. · Cubre con papel film colocándolo directamente sobre la superficie de la crema con delicadeza, esto es para evitar que se forme costra en la superficie, y enfría en la nevera durante, al menos, 5 horas. Si la dejas 24 horas los sabores se intensificarán. · Pasado este tiempo procesa en la heladera tal y como se indica en sus instrucciones. (Aproximadamente 25 minutos) · Dos minutos antes de terminar el proceso añade unas cuantas nueces pecanas troceadas. Ya se podría consumir, pero a mí me gusta mucho más denso, así que al congelador y a esperar unas 5 horas de nuevo. · Saca del congelador 10 minutos antes de servir con una generosa cantidad de sirope de ágave.
Ya no hay remedio. La dieta tendrá que esperar a mañana. Hoy han ganado: el verano, los recuerdos de las tardes soleadas, las risas de mis hijos corriendo detrás de la pelota, los intentos fallidos de pescar y las barbacoas… Mañana será otro día.
Un beso delicioso.