La primera vez que probé este postre supe que tenía que aprender a hacerlo.
Estuve echando un ojo a su origen que se remonta al siglo XIX así que, si después de casi dos siglos se ha convertido en una referencia entre los postres ingleses con nombre propio, no es que yo diga que está buenísimo sino que otros antes que yo también lo han dicho. De deporte va la cosa: se sirve en el partido anual de críquet entre el Colegio Eton contra los estudiantes del Winchester College.
Vamos que, estos chicos después de sudar la camiseta, recuperan energías sin perder un ápice de su elegancia inglesa. Y es que a pesar de que la traducción de la palabra «mess» puede aludir a desorden; ¿a mí que no me digan que no queda elegante?
La receta es de lo más fácil: nata montada, merengue en trocitos y fresas. He utilizado unos merengues caseros que hice con tres claras que me sobraron de otra receta. No hay que desperdiciar nada. En cuanto tengas unas claras sobrantes, haz unos merengues y consérvalos en una bolsa dentro de una lata, así los tendrás listo para preparar otras recetas como ésta. Un poco de arte para emplatar y buena compañía para disfrutar de este delicioso postre. Toma nota y no pierdas tiempo.
ETON MESS Ingredientes: 8 discos de merengue secos (caseros o comprados) 400 g de fresas 1 cucharada de azúcar moreno 1 cucharada de esencia de vainilla 350 ml de nata 35% de materia grasa 2 cucharadas de azúcar Preparación: · Trocea las fresas y mézclalas con una cucharada de azúcar moreno, deja reposar 10 minutos. Aplástalas con un tenedor dejando trozos irregulares. Reserva en la nevera. · Prepara chantillly: Monta la nata con un batidor de varillas. Añade el azúcar en grano, la esencia de vainilla y remueve suavemente. · Mezcla las fresas con la nata montada y desmenuza los merengues sobre la mezcla de nata y fresas. · Remueve de nuevo y sírvelo en raciones individuales. Utiliza pequeños vasos, botes de mermeladas o lo que tengas a mano. · Decora con fresas frescas y a disfrutar.
Acompaña este postre con los merengues secos que te hayan sobrado para que tus amigos se sirvan a placer. Encontrarán una mezcla de texturas única: la suave nata, el crujiente merengue y la delicadeza de las fresas. Una experiencia perfecta para el paladar. Y si quieres hacer honor al origen de este maravillosos postre, una partida de críquet antes del almuerzo, aunque… ¿Alguien sabe jugar a ese juego?
Un beso delicioso